18.10.10

Jugando al póker con la autoestima.

En el blog de Blanca me he encontrado con una pequeña joya.

La autoestima es una de las facetas que más deben trabajar todos los que estamos implicados en la educación de los niños. Esa misma autoestima será la clave de su futuro. Este vídeo da muchas pistas, no dice nada nuevo, pero nos recuerda algunos puntos que no deberíamos olvidar nunca.

7 Experimentos:

diesirae dijo...

Yo seré muy tocahuevos, pero este vídeo me parece una tontería como una casa: ¿qué demonios pretende decir? A mí este telepredicador me recuerda a Jim Cunningham, personaje interpretado por Patrick Swayze en la magistral película "Donnie Darko" Claro que, últimamente, muchos me recuerdan a Jim Cunningham: Punset también.

diesirae dijo...

Hace un tiempo subí un fragmento de esta película para una reflexión sobre Punset: http://www.youtube.com/watch?v=p4vobNkCrFs

Ana dijo...

Pretende decir lo que ya se ha estudiado sesudamente, comprobado en personas y ratificado: que el refuerzo positivo, la creación de expectativas realistas y el aliento a las personas en formación (o sea, niños y adolescentes) es un método mucho, mucho mucho más eficaz que castigos, reproches, silencios y collejas.

Que hundir en la miseria a un hijo/alumno por sacarse un siete en lugar de un nueve es una crueldad, que pagar nuestras inseguridades, ansiedades y frustraciones con ellos es de criminales, que están en nuestras manos y que somos un poco bestiajos con los críos.

Este señor con sus fichas de póker nos recuerda que la infancia es un lugar delicado, frágil y altamente sensible. Y que si siembras mierda, probablemente recojas eso mismo pero en cantidades industriales. Y si siembras gloria bendita, probablemente recojas menos cantidad, pero recoges gloria bendita... ahora cada uno que escoja.

Yo preferiría fichas de mus, pero estoy radicalmente de acuerdo con este "telepredicador"

Sin ánimo de ofender, por supuesto.

Recomiendo "Pygmalion en la escuela", no recuerdo el nombre de los autores, si os llama la atención, San Google os lo ofrecerá encantados.

Besos y tal...

diesirae dijo...

Para ese viaje no se necesitan alforjas. Me parece infinitamente más respetuosa tu exposición que la que hace Lavoie en el vídeo, donde parece tratarnos a todos de tontos perdidos. Supongo que a la salida de la charla les habrá entregado a cada uno de los asistentes una tabla con la correspondencia acción-ficha de poker, porque a mí no me ha quedado claro que el besote grandote de la madre tras un desayuno flipante tenga menos valor en fichas que el desprecio del chófer del autobús escolar. Como tampoco me ha quedado claro con cuántas fichas cuenta este chófer que acaba de salir de la adolescencia, y si no terminará por pegarse un tiro o hacerse pandillero cuando el padre se enfrente a él por quedarse con las fichas del hijo. Por no mencionar la insinuación que hace de proteger a los chicos con menos autoestima de aquellos que cuentan con más. O de recortar el suministro de fichas a determinados chavales para no incurrir en agravio comparativo.

No conozco el libro que mencionas, pero en principio, al binomio autoestima-pedagogía hay que cogerlo siempre con pinzas: he llegado a leer por ahí que corregir con boli rojo resta fichas de poker a porrillo… Miedo me dan estas cosas.

Abrazos de teletubbie para todos.

Joan Torres dijo...

Cuando vi este vídeo por primera vez corrí a llamar a Lourdes, mi mujer, la senté en mi falda (no por sentimentalismo, es que del lado de la pantalla de mi ordenador sólo hay una silla) y volví a verlo con ella.

Sigfrid, el pequeño, ha comenzado este año en un colegio nuevo; no le está resultando fácil hacerse con el cambio. Nada fácil. Yo, por una infancia turbulenta, estoy especialmente sensibilizado con el desamparo que puede inundar el camino hasta la escuela.

He necesitado de muchos años de trabajo interior, de muchas horas de terapia, para poder ponerme delante de la vida sin la protección que ofrece la intelectualización de las emociones.

Estoy totalmente de acuerdo, Diesirae, contigo. pero es que para mí la autoestima infantil ya no es un tema sobre el que poder teorizar. Ni siquiera es una cuestión a debatir para poder mejorar la vida los niños con problemas. Todo eso me es ajeno. Diría que irreal. Yo, ante las fichas del vídeo, sólo veo a mis hijos.

Y es que la paternidad te hipoteca para siempre la vida.

Ana dijo...

Es que no se dirige a nosotros, sino a los yanquis. Y los yanquis, desde mi modesto punto de vista sí que son tontos. Y claro, tiene que hacerse entender.

Sólo es un símil, pero si hay un viaje que necesita alforjas, es justamente éste: dos alforja. Una, llena de comida porque no va a haber tiempo de parar (meter una botella de whisky y unos trankimazines tampoco es mala opción, palabrita del niño jesús). Otra, vacía, para llenarla de lo que los "discentes" nos enseñan.

Ya lo dijeron unos indocumentados con taparrabos: para educar a un niño hace falta toda la tribu. El problema es que ahora no se implica ni la madre que los pare. Y es pura experiencia lo que te digo.

Hay quien tiene hijos como podría tener peces tropicales.

Lo del boli rojo es de traca, pero servidora utiliza todos los colores de la caja de Carioca para corregir... según me pille el día. Y el que vea muchos colorines en su examen, que se joda.
(ay, se me ha escapao.

Respecto a lo que dice Joan, me pasó lo mismo. Veía a mis hijas. Y me veía a mí cuando era pequeña y me llovía todo el chaparrón de mi madre, llena de hijos y siempre cansada, protestando por todo... y ahora yo tengo un déficit de cojones de fichas de poker, cagontó, y no quiero que a mis hijas les falten fichas. No quiero. Se me llenaron los ojos de lágrimas viendo el vídeo, y mira que es pasteloso. Pero me tocó lo que no tengo, que es autoestima, y ni siquiera sé hasta dónde puedo llegar para proporcionársela a mis chicas queridas, tan guapas y tan hermosas.

Besos solidarios, Joan.
Saludos a diesirae!

diesirae dijo...

Voy a tener que recular: primero, porque estoy de acuerdo con vosotros; y segundo, porque si no lo hago terminaré llorando yo también. Madre mía, hatajo de lloricas, así no hay manera de discutir con vosotros.

De todas maneras, insisto un poco antes de dar media vuelta: entre vuestra interpretación del vídeo y la mía media un abismo que debe de ser el de la paternidad y que, una de dos: o este señor tañe cuerdas que yo no alcanzo a escuchar (y esto me ocurre a menudo porque soy de cerumen abundante en los oídos), o los churumbeles que habéis tenido os han restado fuerza. *_*

No sé si conocéis esta página, a mí me entusiasma tanto que hasta leo entero algún que otro artículo de vez en cuando: http://deseducativos.com/

Besitos.

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