16.10.10

Pasear por Vic.

   Intento salir a caminar por las mañanas. Sobre las siete salgo con la mirada hambrienta, sin rumbo fijo, pero con la firme convicción del "voyeur" que se sabe irredimible.

   A esas horas, y según la época del año, la temperatura se funde con las imágenes; el frío condensa los colores, como la calima los envilece.

   No lo reconocería ante ningún nacido aquí, pero empiezo a amar esta ciudad que me ofrece tantas cosas sin que se las pida.

   Durante esos paseos no puedo evitar usar la cámara de mi teléfono, robando al amanecer alguno de sus secretos; son breves, casi no.

   Me llaman la atención multitud de cosas, pero la Atlántida, nuestro nuevo auditorio, ejerce en mí una fascinación potentísima.

Paseando por Vic.

1 Experimentos:

Anónimo dijo...

Celebro lo de que camines. Estoy contento por ti que lo aprecies. La Atlántida tiene lo suyo y lo participa. A mí tambien me atrapa. Salud.

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