3.7.07

El circo de la vida.

Como una carpa gigantesca de colores planos se extiende el cielo. Picas metálicas fijan los vientos que dioses contradictorios tensan y revisan a diario. En el centro, vertical, inquebrantable, un mástil de esperanza y comprensión une tierra y lienzo. Sogas, cuerdas y trapecios se balancean expectantes, allá en lo alto. Llega imperceptible un olor polvoriento y húmedo por el que atraviesan algunos rayos de luz con esfuerzo.

Nos disponemos otra mañana a presenciar el espectáculo. Suenan unos compases casi alegres, impregnados de una sonoridad brillante. Acompañarán a cada actuación con un aire marcial amargo. Pronto desfilarán, cubiertos por mallas y lentejuelas, pulcramente maquillados, los payasos –prestos a la broma y la sonrisa, con un corazón lúgubre y maltrecho-, funámbulos y equilibristas –capaces de alcanzar, en un inquietante paseo, el final de un mes apurado-, los magos de la contorsión, los domadores de fieras con zarpas intactas.

Horas después, cuando se silencian las luces y se oscurecen los aplausos, uno se pregunta si sólo ha sido espectador callado. O, en realidad, un protagonista más de toda aquella algarabía.

15 Experimentos:

Carz dijo...

Asígnate el papel que más te satisfaga. El resto debería hacer lo mismo.

Un abrazo

gemmacan dijo...

Me quedo con el papel de payaso. El más paradójicamente triste.

ybris dijo...

Pasa con el circo y pasa con todos los espectáculos.
Yo creo que quien describe lo que ve como tú es protagonista.
Y transmisor de protagonismos.

Un abrazo fuerte, compañero.

UMA dijo...

Habrà que ver de què tipo de espectàculo, habrà que ver de què lado de la escena y si uno es secundario o no.
No se por què extraña razòn recordè:
"Si la historia la escriben los que ganan,
eso quiere decir que hay otra historia(...)"
Un abrazo, joan

AnA dijo...

Ejercicio Práctico: Recuerde las veces que, siendo pequeño, le dió pena del payaso y de la trapecista enamorada.

Ana dijo...

El circo de la vida.

Payasos, trapecistas, saltimbanquis, directores de pista y yo, funámbula sin red.

Da igual en qué lado estés, la cuestión es estar.
Qué menos que poder contarlo, no?

Un beso.

Anónimo dijo...

Demasiado payaso en esta vida. Lo triste es que la mayoría ni hacen ni tienen gracia alguna. ¿No es así, Joan?

Anónimo dijo...

Estaba casi bello, radiante, allí arriba colgado del trapecio. Llevaba un traje azul que se le pegaba al cuerpo y en silencio contaba segundos, compases de la música que sonaba por debajo de nosotros.
Él cerraba los ojos para saltar.
—Tienes que probarlo —solía decirme.
Pero yo nunca me atrevía a cerrarlos y entonces él se enfadaba medio en broma.
Ese día, en lo alto de la carpa —todas esas gentes, niños con globos, hormigas alrededor del círculo de arena— él salta a mi peana, justo detrás de mí. Y luego vuelve a saltar. Apenas me ha rozado los labios pero yo he cerrado los ojos.
Y los dejo cerrados, es mi turno. Cuento... cinco, seis, siete... Me agarro del trapecio. Ahora.

Un saludo

Simplemente Olimpia. dijo...

He de reconocer que me quedo con ganas de más. A pesar de que no me acojo a tu simil, más que infimamente. Ya que desestimo cuerdas observantes que suspendan la vida bajo techos de cristal o de lona que omitan alternativas posibles.
Me faltarón actuaciones estelares, las horas de duro trabajo fuera de un escenario...la infraestructura y la logística pertinente. Me faltó el director de pista con su chaqué presentando las últimas maravillas, narrando el reconocimiento mundial de tan osado espectáculo.
Dicen que ejercitarse siempre conlleva mejoría, pero implica errores de cálculo y constantes caídas que dejan magulladuras temporales.

Olimpia.

Simplemente Olimpia. dijo...

Como querías... pero aún no aplaudo.


Olimpia.

maite dijo...

adoptando papeles según amanecemos, aunque me temo ser equilibrista de por vida!!!

un placer leerte

Nosotras mismas dijo...

Siempre somos protagonista de nuestra vida y parteners de otras, así como espectadores de otras, que aunque no nos interesan miramos.

Hipatia dijo...

Coincido con Carz... si se puede.
Un beso, Joan.

Alice ya no vive aquí dijo...

Es complicado librarse de participar en este circo que es la vida, sólo nos queda elegir bien donde colocarnos. Yo estoy cansada de ser equilibrista y temer por si la red cualquier día deja de estar debajo, y yo caigo...

Joan Torres dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Publicar un comentario

Powered By Blogger