25.4.07

Una prueba de amor

Lo que más me gusta del ser humano es su inagotable capacidad para sorprenderme. A veces piensas -qué estupidez- que las personas no pueden enseñarte mucho más. Y al girar la siguiente esquina de la vida, te encuentras con alguien excepcional. Y claro, te desmonta.

Este fin de semana volví a cenar con J. y M. No los veía desde hacía tiempo. La madre de M. había fallecido en un trágico accidente de circulación. No entraré en detalles, pero sí diré que otro vehículo invadió el carril contrario y terminó con su vida.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando me dijeron que acababan de traer una preciosa niña de China, a la que, tras un complicadísimo proceso, habían adoptado. Parte de mi sorpresa la producía el hecho de que ambos, J. y M. tenían ya unos cincuenta años y dos hijos de veintitantos.

"Cuando murió mi madre, tardamos en superar el golpe. Como sabes, aunque mayor, estaba en plena forma y era muy independiente. A los pocos meses nos llegó la notificación de la compañía de seguros de que cobraríamos una cantidad más que aceptable de la compañía contraria. Mi primera reacción fue la de rechazar ese dinero, pero me informaron que eso no era posible. Así que después de darle muchas vueltas, decidimos invertir ese dinero en adoptar a algún niño necesitado. Una vida, por una vida. Y nos ha devuelto de sobra la paz."

10 Experimentos:

AiguaMel dijo...

Admiro la valentia de tus amigos de cuidar y educar a una hija nuevamente,...

Un abrazo

Anuk dijo...

Me alegro de que esa niña tenga la suerte de crecer en una familia tan generosa de corazón

Abir dijo...

¡Qué bueno para ambos!
Sanarán recíprocamente sus heridas, se harán bien.
Un saludo,

Hipatia dijo...

Hola Escéptico:
es cierto; cualquier persona nos puede dar una buena lección, de humildad, de amor, de dignidad...
Pese a las duras críticas que suele recibir la paternidad/maternidad tardía, creo que el tiempo que se dedica a derramar amor es un tiempo bien aprovechado, es un privilegio para quien lo da y para aquél que lo recibe. Si quien lo recibe es un niño, tanto mejor. Sembrar afecto y solidaridad el este árido mundo nunca es un error.
Me ha encantado tu post.
Muchas gracias.
Saludos desde la Enterprise.

Helena dijo...

Un tema de sensibilidad general con el cual pocos podrían estar en desacuerdo, un íntimo amigo que pierde a alguien y que desde su hondo dolor decide hacer algo por otra persona. Si pretendiera ser cínica añadiría que es un estupendo guión para un telefilme. No es mi intención, me parece algo muy íntimo y prefiero respetarlo. Sí, por otra parte, me gustaría destacar la introducción que me ha hecho pensar más: conoces a alguien especial que te enseña algo. Y concluyo, lo que hace verdaderamente especial a una persona a mis ojos no es lo que de ella pueda aprender, sino lo que descubro, gracias a esa persona, de mí misma. Seres especiales que ponen luz en mis zonas oscuras. Quizás a Escéptico la experiencia de estas personas alumbró algún ángulo oscuro de su salón, que diría el poeta.
Enhorabuena por el blog

. dijo...

Imagino a mi manera...(deseando que no te moleste)

La abuelita se fue, todo surgio de improviso, sin premeditación alguna, surgio así.
Tenía que hacer un largo viaje, un viaje reservado para ella, idéntico al que nos espera a todos.
Pero antes de marchar, dejo escrito una nota en el recibidor, donde igualmente apuntaba los recados que no debían olvidar, los telefónos de urgencia y demás, allí figuraba el lugar donde debían recoger a su nieta.
¡No olvideis darle tantos besos como yo habría querido darle, iguales abrazos, decidle que la yaya aunque ya no pueda regresar, sabe que la deja en las mejores manos, brazos, al cuidado de personas generosas y de noble corazón, sus padres!
Cariño, te quiere mucho.
Tu abuela.

Joan Torres dijo...

Hipatia: que critiquen lo que quieran. Yo, con cuarenta y un años fui padre de dos gemelos preciosos que "me quitan el sentío". Ahora tienen dos años y medio y estamos esperando otro.

Un saludo,

Joan

Joan Torres dijo...

HELENA: una maravillosa reflexión la que haces: "lo que hace verdaderamente especial a una persona a mis ojos no es lo que de ella pueda aprender, sino lo que descubro, gracias a esa persona, de mí misma".

Pero nunca me han gustado los telefilmes. No, miento: me entusiasmó "El diablo sobre ruedas" de Spielberg.

Joan.

Anónimo dijo...

Tienes los amigos que te mereces.

Galatea dijo...

Me ha encantado tu post y todo mi ánimo a tus amigos. Me parece algo maravilloso.
Concuerdo con Helena, descubrir algo en los demás hace que nos conozcamos a nosotros mismos y nuestras reacciones ante la "sorpresa".
Gracias por compartir tus letras.
Un abrazo infinito

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