22.5.07

El boleto.

Colgué mi abrigo en el perchero de la entrada. Me senté y pedí un café americano. Pensé de nuevo qué hacer con el dinero del premio. Casi todo, claro está, iría destinado a liquidar mis deudas de juego. El resto daría para un viaje. Ni largo ni corto, pero lejos.

Fue al salir a la calle cuando comprendí que era hombre muerto. Aquel trozo de papel, el boleto premiado, ya no estaba en el bolsillo. Y allí, frente a mí, esperaban los hombres de don Marcial.

16 Experimentos:

Lunarroja dijo...

Me lo llevé yo... Te lo quité sin que te dieras cuenta.

(Ahora no sé qué destino elegir)

. dijo...

... Sentí, como todo un hormiguero hambriento, recorría los dedos de mis pies, mordiéndolos, arrancándome la carne a bocados.
No podía dar un paso, mi mano temblaba senil en el interior del bolsillo del gabán.
La puerta giratoria del café Blindados giraba con cada entrada y salida de viandantes ansiosos de hacer una parada, tomar un café, un licor, fumar un cigarro,olvidar y olvidarse de sus vidas. Pero yo la presentía, intuía como una atracción peligrosa de feria. Si entraba podría pensar, tenía que pensar, localizar entre los fotogramas recientes de mi vida que y donde pude dejarlo...
Tenía que entrar, tenía que pensar, tenía que salvar mi vida...

No sabes, ¡cuanto disfruto, cuanto me diviertes! con cada Nodo literario tuyo.
Gracias
Dos besos

peregrina dijo...

Quiero la segunda parte con la descripción del crimen!
Ya!!!
Un abrazo caralán.

Carz dijo...

Hay un refrán popular que reza: "El que pa pobre esta apuntao, da igual que corra que esté sentao".

Lo inverosímil marca los puntos de inflexión de nuestra vida, esto es, los sucesos improbables que nos ocurren nos determinan tanto como nuestros genes.

Saludos, Joan.

Anónimo dijo...

No deixa’s de sorprendre’m, déu ni do, quin canvi d’estil. Ara bé, crec que carz té raó; així doncs, no cal que pateixi’s.

JR

Hipatia dijo...

Carz me ha quitado las palabras. Estoy de acuerdo.

Pero como Peregrina, quiero más.
Me ha encantado.
Saludos desde el púlsar.

Alice ya no vive aquí dijo...

Si es que todos pecamos a veces como en el cuento de la lechera, unos por soñar antes de tiempo, otros por no prever las consecuencias y confiarse ;)

Leuma dijo...

Seguro que se ha caído al lado del perchero, que mire bien antes de salir a encontrarse con esos.

Anónimo dijo...

Siempre te leo pero no te escribo. Pero esta vez me has invitado a quitarme la verguenza:
Sigo pensando donde estará el boleto y en ese Marcial que ya me cae gordo...

AnA dijo...

Mirarla fué mi última apuesta.Perdí.
Lindo texto,lindo

UMA dijo...

Igual un jugador nunca paga sus deudas de juego.
Tremendo relato, un abrazo.

ybris dijo...

Densidad terrible.
No habrá quien se libre de las deudas de juego ni de los hombres de don Marcial cuando el destino está en contra de uno.

Abrazos

Simplemente Olimpia. dijo...

Sólo tendrás dos opciones; seguir o dejar de jugar.

Mala suerte, o buena...prefiero no cruzarme con ellas, por si acaso la vida me mostrara su espalda menos justa y más deudora.

Olimpia.

Helena dijo...

...entonces es cuando Steve McQueen se da la vuelta mirando su muñeca y masculla: mierda, se me ha vuelto a parar el reloj.
El resto es como ya sabes que pienso: dal cela, pulil cela, que diría Pat Morita.

botas de agua dijo...

Qué inquietante y angustiante sensación de fustración y desolación irreversibles.

Landahlauts dijo...

Muy bueno y, angustioso.

Saludos, desde Andalucía.

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