Colgué mi abrigo en el perchero de la entrada. Me senté y pedí un café americano. Pensé de nuevo qué hacer con el dinero del premio. Casi todo, claro está, iría destinado a liquidar mis deudas de juego. El resto daría para un viaje. Ni largo ni corto, pero lejos.
Fue al salir a la calle cuando comprendí que era hombre muerto. Aquel trozo de papel, el boleto premiado, ya no estaba en el bolsillo. Y allí, frente a mí, esperaban los hombres de don Marcial.
16 Experimentos:
Me lo llevé yo... Te lo quité sin que te dieras cuenta.
(Ahora no sé qué destino elegir)
... Sentí, como todo un hormiguero hambriento, recorría los dedos de mis pies, mordiéndolos, arrancándome la carne a bocados.
No podía dar un paso, mi mano temblaba senil en el interior del bolsillo del gabán.
La puerta giratoria del café Blindados giraba con cada entrada y salida de viandantes ansiosos de hacer una parada, tomar un café, un licor, fumar un cigarro,olvidar y olvidarse de sus vidas. Pero yo la presentía, intuía como una atracción peligrosa de feria. Si entraba podría pensar, tenía que pensar, localizar entre los fotogramas recientes de mi vida que y donde pude dejarlo...
Tenía que entrar, tenía que pensar, tenía que salvar mi vida...
No sabes, ¡cuanto disfruto, cuanto me diviertes! con cada Nodo literario tuyo.
Gracias
Dos besos
Quiero la segunda parte con la descripción del crimen!
Ya!!!
Un abrazo caralán.
Hay un refrán popular que reza: "El que pa pobre esta apuntao, da igual que corra que esté sentao".
Lo inverosímil marca los puntos de inflexión de nuestra vida, esto es, los sucesos improbables que nos ocurren nos determinan tanto como nuestros genes.
Saludos, Joan.
No deixa’s de sorprendre’m, déu ni do, quin canvi d’estil. Ara bé, crec que carz té raó; així doncs, no cal que pateixi’s.
JR
Carz me ha quitado las palabras. Estoy de acuerdo.
Pero como Peregrina, quiero más.
Me ha encantado.
Saludos desde el púlsar.
Si es que todos pecamos a veces como en el cuento de la lechera, unos por soñar antes de tiempo, otros por no prever las consecuencias y confiarse ;)
Seguro que se ha caído al lado del perchero, que mire bien antes de salir a encontrarse con esos.
Siempre te leo pero no te escribo. Pero esta vez me has invitado a quitarme la verguenza:
Sigo pensando donde estará el boleto y en ese Marcial que ya me cae gordo...
Mirarla fué mi última apuesta.Perdí.
Lindo texto,lindo
Igual un jugador nunca paga sus deudas de juego.
Tremendo relato, un abrazo.
Densidad terrible.
No habrá quien se libre de las deudas de juego ni de los hombres de don Marcial cuando el destino está en contra de uno.
Abrazos
Sólo tendrás dos opciones; seguir o dejar de jugar.
Mala suerte, o buena...prefiero no cruzarme con ellas, por si acaso la vida me mostrara su espalda menos justa y más deudora.
Olimpia.
...entonces es cuando Steve McQueen se da la vuelta mirando su muñeca y masculla: mierda, se me ha vuelto a parar el reloj.
El resto es como ya sabes que pienso: dal cela, pulil cela, que diría Pat Morita.
Qué inquietante y angustiante sensación de fustración y desolación irreversibles.
Muy bueno y, angustioso.
Saludos, desde Andalucía.
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