Soy un desarraigado. Por circunstancias de la vida he ido dejando atrás muchos lugares, muchas ciudades, varios países y a casi todos los amigos. Eso hace que la sensación de soledad sea muy palpable, incluso cuando estás codeándote con otras personas a diario. Todos necesitamos sentir que formamos parte de algo. Somos grupales por naturaleza. De lo contrario uno termina recluido en sí mismo y tuteando a la locura.
Cuando comencé a escribir este “blog”, mi afán principal era el de recuperar el hábito perdido de la escritura; precisamente aquí se puede conseguir algo de lo que adolezco: constancia. Pero hoy, al abrir mi ordenador y leer todos los mensajes, me he dado cuenta de una cosa: las personas no necesitamos cosas extraordinarias para unirnos y sentir que con otros formamos parte de un proyecto común. Sólo hace falta desear que suceda. Entonces, como un santo y seña de amigos antiguos, aparecen palabras que sólo unos cuantos percibimos como nuestras; detectamos en unos versos, en una música o en una mirada los trazos inequívocos de la complicidad. Es por todo esto que hoy me he sentido un hombre feliz; es por todo esto que os digo “gracias”.
Quizá esta canción sea una de esas consignas secretas. A mí me lo parece.
"Pequeña serenata diurna"
Vivo en un país libre
cual solamente puede ser libre
en esta tierra, en este instante
y soy feliz porque soy gigante.
Amo a una mujer clara
que amo y me ama
sin pedir nada
o casi nada,
que no es lo mismo
pero es igual.
Y si esto fuera poco,
tengo mis cantos
que poco a poco
muelo y rehago
habitando el tiempo,
como le cuadra
a un hombre despierto.
Soy feliz,
soy un hombre feliz,
y quiero que me perdonen
por este día
los muertos de mi felicidad.
(Silvio Rodríguez)
11 Experimentos:
Serán serenatas así las que nos enganchan? Serán palabras como las que escribiste las que nos hermanan?
No lo sé, pero me lleva la mirada y parte del alma
Y vuelvo para darte un "globo", el más bello, pues me enhebraste sonrisas en la boca hoy.
Por si el mail fuese como el globo y se perdiera, sabe que te escrito a algún mail que ni recuerdo dónde dónde vi
Cariños y gracias.
Marina
Cuando la realidad nos impone el desarraigo uno encuentra a veces algún arraigo diciéndolo.
La sencillez de los mensajes que lugares como este nos ofrecen basta a menudo para sentirnos a gusto.
Silvio es buena voz para expresarlo.
Un abrazo.
Tal vez yo también busque en este territorio un "arraigo", un mejor puerto, un refugio, un "entendedero" de mí. Y sí, a veces lo encontramos donde los cuerpos no se tocan, no se ven siquiera. Se tocan las palabras, se tropiezan, se entrecruzan como peregrinos del viaje a ninguna parte. El tiempo de mi casa me niega, muchas veces, aquello que busco. Y mira, este espacio se convierte en algo cotidiano, casi sonoro, como "Una pequeña serenata diuerna..."
Saludos desde el otro lado del mar...
En ocasiones el desarraigo es interior. Aunque hayas vivido siempre en el mismo sitio. La soledad se apega al alma. Es un estado.
Besos,
Los amigos antiguos se reconocen inmediatamente porque sus almas los empujan a hacerlo.
Quizá donde cortamos una raíz quedan unos restos capaces de crecer en otros lugares.
Un texto precioso, Joan. Y el poema es muy bonito.
Gracias.
Saludos desde la Enterprise.
cosas tan sencillas como esta, hacen al mundo tan grande.. pocos los que se dan cuenta. Existe!
Un brindis por el proyecto comun.. y siempre Silvio!
Yo me sigo sintiendo así y mis circunstancias han sido muy similares a las tuyas. Incluso por hastío, dejé de escribir durante unos años, en los que me prohibí la lectura incluso... Con el tiempo me he percatado del error que cometí, aunque las lecciones que ofrece la vida están para aprenderlas y aprehenderlas. De cualquier modo, sigo sintiéndome desarraigado y solo, es por ello mi más sincero agradecimiento por este post: nunca estamos del todo solos en las batallas que nos ofrece la vida.
Saludos moscugaéticos.
Solo hace falta desear que suceda...cierro los ojos y hágase mi voluntad.
me gusta la idea. ensayaré hasta pefeccionarla.
A
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