Cada vez son más las experiencias que uno recoge, vive o lee en este mundo de los "blogs". Al hacer inventario, tanto de las propias como de las ajenas, el saldo es tremendamente positivo: el permitirnos crear, el darnos una disciplina al escribir, el comunicarnos con personas desconocidas o mostrar partes de nosotros ocultas a quienes se nos acercan...
Pero existe una vertiente más oscura. A veces incluso dolorosa: muchos de los que escribimos aquí somos meros autores en busca de personajes a los que ir dando vida. Es muy habitual que nuestra fuente de inspiración sea la realidad más cercana a la que tratamos, tamizándola, con más o menos respeto. No es extraño que terceras personas se sientan aludidos, malinterpreten nuestras palabras o cambien las intenciones que nos llevaron a escribirlas. Es el caso que recientemente ha experimentado una mujer a la que respeto como escritora.
Poco a poco, según pasa el tiempo, pareciera que la bitácora se va apoderando de su creador, oprimiéndole, obligándole, imponiéndole... Y uno termina por necesitar extirparla de su vida.
4 Experimentos:
La cosa se vuelve peligrosa en el momento en el que uno se siente con necesidad de dar explicaciones en publico.
Todo es susceptible de malinterpretarse, eso depende del lector y no del autor.
La soberbia es casi siempre el motor de todo esto, vernos donde no existimos.
Fíjate que a mí me ocurre lo contrario, me siento cada vez más dueña y más libre de expresarme como me apetece, un beso
Sí, a veces el narcisismo de uns y otros, incluido el propio que nadie se libra, nos juega malas pasadas...
Yo me quedo con el placer de escribir y esa disciplina de la que hablas, mirarme poco el ombligo y el del resto sólo para evitar herir... al menos el intento.
Y los cuentos, cuentos son, no? y salvo honrosas excepciones me quedo con la forma de contar y no con lo contado.
Cuando empieza a ser un compromiso, una obligación, mejor alejarse de ella, y la única forma de hacerlo es radical. Todo tiene su fin.
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