26.7.07

La almohada.

Primero sus golpes fueron perdiendo fuerza. Luego se espaciaron.

Ya casi al final se agarró tímidamente al cubrecama.

Quise contar hasta veinte pero por precaución, pensé, mejor contar hasta cincuenta.

Aparté la almohada de su cara. Y pude ver su dulce expresión aterrada.

7 Experimentos:

Ana dijo...

No se puede ser más frío.

Brrrr!!!

Chiki dijo...

Ay, no sé, eso de la dulce expresión aterrada no me convence, eh. No veo posible que la expresión de terror sea dulce ni siquiera para demostrar la frialdad del narrador, su crueldad por ver dulzura en el terror.

(Me van a odiar tus fans por pejiguera)
Besos
Esperanza

Joan Torres dijo...

Te entiendo, Esperanza. Le di vueltas a esa final (de hecho quizá todavía sufra alguna modificación). Pero lo que quería transmitir al utilizar el adjetivo "dulce" era el amor del narrador por su víctima.

Y no te preocupes por mis "fans". Pero procura no dejarles una almohada a mano.

Alice ya no vive aquí dijo...

Y seguramente entonces, sonrió.

Redondo :-)

Entre mareas dijo...

Inquietante, o es usted un amante sabio o un aprendiz sádico.
¿?

Un abrazo

Joan Torres dijo...

Lo tercero.

LiLuh dijo...

Muy bueno.

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