9.7.07

Sole.

En el cinco

las puertas se abren de cuando en cuando para recoger nuevos viajeros

el camino de regreso a casa está jalonado de semáforos, de nostalgias y de cansancio.
De vez en cuando Sole se acaricia el codo recordando que debería operarse

ay, si tuviera algo de tiempo...

o no podrá seguir estrujando las fregonas de escalera en escalera, por los portales de Madrid.

Mira por la ventana y sólo ve el interior iluminado del autobús, que se refleja en el cristal.
Y allí, sobre las fachadas de Recoletos, duerme el estudiante del asiento de al lado.

3 Experimentos:

Tristancio dijo...

"Sole"... el tercer verso de tu trilogía de la soledad.

Bello, aunque triste homenaje para todas las Soles fregadoras de escaleras. (Y de paso a los cansados estudiantes que se duermen en el autobús).

Me ha gustado mucho... saludos!

gemmacan dijo...

Los reflejos suelen tener algo de poético.
Sole también.

Simplemente Olimpia. dijo...

Me faltó la perseverancia...más estaciones que recorrer y más paradas.

Olimpia

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