29.10.07

Termodinámica de la soledad.

A veces la soledad adquiere valores de densidad elevados. Sin solidificarse del todo, abandona su habitual apariencia vaporosa convirtiéndose en una pasta pesada y oscura. Su manejo se vuelve una tarea complicada, exasperante.

Es entonces cuando disminuye su volumen. De estar expansionada en la totalidad del alma -difuminada, en equilibrio- pasa a concentrarse en el lateral más vulnerable del espíritu. Se hace palpable. Nos escora con su peso.

La calidez que nos envolvía desaparece progresivamente. Los valores de temperatura descienden. Sentimos el frío y su vacío. Cuando el deseo de acurrucarnos nos oprime, mendigamos alguna palabra cómplice. Incluso en la barra en penumbra de un bar desconocido.

16 Experimentos:

LiLuh dijo...

Ya lo creo que sí, pero prefiero pensar que son puntos de inflexión, despues de eso vamos hacia arriba, solo es cuestión de tiempo.

Anónimo dijo...

Es mágico cuando encontramos una descripción de lo que en un momento dado sentimos. Gracias.

guaita dijo...

M’ha agradat molt això de “nos escora con su peso”. Malgrat tot, se’m fa difícil veure’t a l’altra banda de la barra tolerant la seva presència. A no ser que ... siguis realment tu qui l’enyori.

Anónimo dijo...

A mí también me invade la soledad después del orgasmo.

BACCD dijo...

La nada se apodera de ti por completo. Y seguimos con contradicciones extrañas.

Preciosa y estremecedora tu descripción. Tal vez por lo precisa que resulta.

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Ahogados deseo y esperanza,
en calma están el alma y el mar.
Séptima soledad.

Un solitario besito

Ana dijo...

Es como un puré de patata pegajoso y sin sal. Se pega al paladar y ahoga.

Probablemente una ración de pepinillos en vinagre pudiera disipar esa sensación odiosa.

Duerme la ciudad, y en un local oscuro junto al mar...

Esa canción me lleva a una infinita sensación de soledad. Pero también es hermosa.
Porque sabes que no es eterna.
Un beso.

Miguel Rodríguez dijo...

1.2

Joan Torres dijo...

El orgasmo nos abre las puertas de nuestro mundo interior. No siempre miramos por ellas desde el alféizar, pero cuando lo hacemos nos encontramos con nosotros tal cual somos: sin enmiendas, sin máscaras.

Las sensaciones que experimentamos nos las produce lo que vimos allá en el fondo.

ybris dijo...

Esa ley de la entropía...
Resistimos a la desorganización del frío mediante palabras cómplices robadas donde sea.
Las tuyas, ofrecidas, son buen remedio.

Abrazos

Anónimo dijo...

Sigo creyendo que concedes demasiada importancia al sexo, lo sobreestimas, lo dotas de unos valores espirituales, incluso místicos que me parecen muy poéticos pero que no alcanzo a ver; seguramente porque mi vista sea corta. La soledad posterior merece más mi atención y la baile anterior también.
Un placer (leerle).

Ginebra dijo...

Es bueno sentir la soledad. Al fin y al cabo es de las pocas cosas seguras que tenemos.

Joan Torres dijo...

No le doy tanta importancia al sexo como a los diferentes mecanismos que amplían nuestra capacidad de percepción.

Concibo la realidad como un conjunto de esferas concéntricas, en el centro de las cuales nos situamos nosotros. Sólo somos capaces de percibir la que se encuentra en el interior, más cercana a nuestra posición. Pero existen diferentes formas para trascender a la primera capa. La energía que llega a desprenderse durante determinadas relaciones sexuales es una de ellas. Algunos psicotrópicos y alucinógenos, otra. Quizá el éxtasis de los místicos fuera una tercera...

Este último término no lo he comprobado personalmente... rezo poco.

Kamosisa dijo...

La segunda ley de la termodinámica dice que de la entropía emerge un nuevo equilibrio. Del caos surge el orden.

Todo son fases, pues.

Anónimo dijo...

Anda que no lees tú ensayo ni ná...
Disculpa si te digo que me he partido de risa al comprobar de qué forma tan refinada justificas el viejo eslogan de drogas, sexo y percepción.
Claro, tus argumentos deben ser convincentes e inteligentes; tienen como objetivo engañarte a ti mismo.

guaita dijo...

Ei! Que estem parlant de l’orgasme i de la solitud. Crec que ningú de nosaltres ho confondrà mai amb sexe tot això. Jo prefereixo la dermis de les sensacions, la més externa. Si hem punxes el dit amb una agulla, hem queixaré i, amb un mocador, m’eixugaré la gota de sang, o bé me la lleparé amb la llengua, no ho sé. Això són accions i reaccions. L’orgasme és l’acció que (si no ho he entès malament) a “escéptico” li pot arribar a provocar una reacció com la solitud. Jo personalment tendeixo a dormir-me després (ja se’n queixen prou...). I a no ser que hom entengui que quan t’adorms et quedes ben sol, només aleshores, jo acceptaria que tinc quelcom en comú amb ell.

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