28.10.08

El traidor.

A pesar de mi edad o del cúmulo de experiencias vividas, te sorprende verme caer bajo las ardides del traidor. Sólo cabría, pensaste extrañada, que mantuviera intacta una sensibilidad desmedida.

El traidor tiene siempre húmedas las manos. Por ello gusta de secarlas acariciando el lomo autoritario de jerarcas y patrones.

Desvía la mirada y rara vez la sostiene ante la mirada de otros. Huyen sus ojos de la confrontación y buscan la seguridad de vaciar sus cóncavas de contenido.

Espía, recaba datos, acecha. Susurra, divulga, runrunea.

Serpentea por entre los grupos que charlan y codea y bracea hasta situarse junto al amo.

Creo en el hombre y rechazo que las lecciones amargas que me impone la vida condicionen mi fe en él. El dolor incomprensible y áspero que anega mi alma no lo borra mi edad, ni mis recuerdos pueden neutralizarlo. Pero, como dices, persiste y me enturbia por un exceso de sensibilidad.

9 Experimentos:

Mamen dijo...

Me quedo con tu comentario: "Creo en el hombre".

Hace un par de años, en una conversación con un amigo, anuncié: "Necesito reconciliarme con la raza humana". En multitud de ocasiones escuchamos cómo se confunde lo genérico con lo particular, pasando de un concepto a otro sin que haya siquiera consciencia de ello por parte del orador. Las espinas duelen, sin duda, y habrá un proceso de sanación que cada cual llevará a su manera, de su mejor manera posible. Pero las espinas son particulares y conviene mantenerlas en el plano de lo particular, nos conviene a nosotros mismos, me conviene a mí porque confundirlo acabará influenciando negativamente en mi salud, tanto física como mental. Y no permitiré que una espina influya en mi salud.

Yo también creo en el hombre, a pesar de todo, y mi proceso de reconciliación con la raza humana está a día de hoy casi completado, a pesar de todo también. Y es inevitable cruzarse con alguna espina, lo curioso es que cuantas más encuentro más creo en el hombre. Será porque necesito creer en él, en nosotros.

Un beso y cuídate mucho.

Anónimo dijo...

Precisamente por "creer en el hombre", siempre tiendo a pensar que "el traidor cree tener unas razones" para hacer lo que hace, otra cosa es que sus razones nos convenzan, pero que lejos de actuar por maldad, mi experiencia me dice que la mayoría de las veces es el miedo u otras minas antipersonas las que mueven su actitud. Lo que me sorprende es que tú, que tan poco te fías de lo aparente, y que tiendes a a la espeleología humana te hayas quedado tan sólo con el dolor, sin intentar quitártelo de encima a base de comprensión (entiendase comprensión como sinónimo de entender). La sensibilidad intacta, bien.
El Click

Caractacus dijo...

Sinceramente, yo creo en personas con nombre y apellido. Pero también es verdad que existen unas pocas que no se merecen ni las heces que defecan.
En cuanto a los traidores-del-siglo-xxi, no se me ocurre darles más importancia que a un desnudo de ana obregón.

"Los hombres son como los vinos: la edad agría los malos y mejora los buenos."

diesirae dijo...

Qué suerte la tuya, Click, la de tu experiencia. La razón de uno es tan maleable... sobre todo cuando no hay que casarla con las demás.

Quizá el traidor lo sea por miedo. Miedo a no colmar su egoísmo. De cualquier manera, consciente de lo limitado de mi experiencia, doy la tuya por válida también -¡cómo no!-, y me pregunto por qué el miedo de uno ha de valer más que la confianza del otro. ¿Acaso no estaríamos hablando, también en este caso, de egoísmo, de maldad?

Anónimo dijo...

Para comentar el post de Escéptico me pregunté por qué yo no creía tener ningún traidor en mis 40 años de vida y, descartando el factor suerte, llegué a la conclusión de que en mi intento de analizar las intenciones que llevan a de los demás a actuar, termino entendiéndoles y liberándome del sufrimiento que supondría verme como diana gratuita de su maldad, lo que no significa que apruebe siempre su actitud, o la acepte, o no establezca criterios para la amistad e incluso que decida alejarme del individuo egoísta, envidioso o proyectil de mierda (potencial traidor), pero lo hago entendiendo su miseria, detalle éste que me permite soltar el lastre doloroso en el que veo sumergido a Escéptico.
El Click

Anónimo dijo...

http://es.youtube.com/watch?v=3B-H5hycxLU

http://es.youtube.com/watch?v=lINmhpik_CI

ybris dijo...

Leo ahora tus dos últimas entradas donde aludes a traiciones.
Y veo que te afectan.
No es extraño.
Coincido contigo en que la traición de algunos no debe entibiar la fe en todos.
Quizás porque todos nosotros alguna vez nos hemos traicionado a nosotros mismos.

Un abrazo consolador y animoso.

Hipatia dijo...

Hace muchos años me declaré alérgica al mundo, pero todavía confiaba en el hombre; poco depués comprobé que la plasticidad que afecta al universo afecta también a nuestro mundo, pero el hombre se niega a hacer las leyes acordes al permanente cambio, de modo que me declaré en rebeldía; ahora solo confio en el individuo y hay tan pocos que se pueden contar.

Un abrazo desde Vulcano (larga y próspera vida), amigo mío.

Una hija de puta con clase dijo...

En cualquier caso la peor, y por ello imperdonable, de las traiciones es la que a diario uno ejerce sobre sí mismo.

Terrible.

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