10.12.08

El dolor-

Por el dolor se opera una misión saludable, higiénica, en el hombre. Por el alcaloide del dolor lo extrínseco, lo fortuito y lo delusorio se va purgando y desvaneciendo. El alma se limpia del barro de las cosas ajenas a sí propia (imposturas, vestimentas falaces) y se moviliza en pesquisa de intimidades. Se reflexiona, se recoge a sus solas, se aprieta y represa en su núcleo y cogollo. Llega al meollo de sí misma y a un punto seguro en que estribar. Lo antes inconsciado se hace ahora patente. Dijérase que, por una ley de gracia, radia el alma, visible como el cuerpo, a manera de reloj que tuviera la esfera de transparente cristal. La verdad sale en puras carnes del pozo en donde estaba recóndita. El dolor nos pone en relieve, nos seria y nos cubica, definiéndonos en lo que somos. El héroe se solidariza con esa revelación que lo incorpora y lo globaliza, y se siente más él, más de sí. Se consustantiva con ella, la muñe, la modela y de ahí en adelante, levantándose de lo más suyo, “se declara” como para lo eterno, con fidelidad perfecta a lo que lleva de mejor en sí, desde la raíz de su ser. Esta obtención salutífera requiere que el héroe desbroce de embrollos y sombras su esencia verdadera. Hace rotación, se aísla y tiene lugar dicha restitución o recobro. Pues bien, tal me parece ser el rasgo propio del dolor, que tiene tanta virtud que estrecha al alma apretadamente, como una madre, y el alma se retrae y se encoge hacia sí. El dolor la reduce a sus elementales, la congrega y acompacta y la cuaja en una figura nítida de contornos y perfil. El alma, como el cuerpo, tiene su pudor y no acepta desnudarse así como así. Necesita de unas sacudidas. El viento del dolor, que sopla en sus entrañas, da su fruto de sapiencia. Así son logradas esas figuras monofórmicas, aunque de tan bien urdida traza, individuos encasillados en su personalidad, abroquelados, insulados del resto, intransigentes en sus aceptaciones y rechazamientos; en una palabra, el milagro plástico, en toda la fuerza del término, de las figuras del teatro sofocleo. Opertebat pati. La figuración dramática no es aleatoria, sino la forma necesaria y legítima de su testimonio sobre el hombre.

José S. Lasso de la Vega.
De Sófocles a Brecht

3 Experimentos:

Anónimo dijo...

Dear "The Mole":
Forget, please.
...On your own.
Only on your own.
Stop
Please
http://www.youtube.com/watch?v=eq0EWNuR1H8

Ana dijo...

El dolor te destila, te purifica y te convierte en el tú auténtico.

Pero la sobredosis de dolor te enferma de dolor.
Hay quien dice que es tan adictivo como el tabaco.

No me sufra, le ruego.
Un beso grande, en castellano, coño :)

Anónimo dijo...

Dear "The Mole": Thanks

http://www.acantilado.es/ficha.asp?id=352

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