16.10.08

Mi abuela.

Hace poco murió mi abuela. Hasta ese día yo tenía sólo una abuela. El resto de los ancianos eran viejos que andaban por la calle, que se colaban en la cola de la panadería. Eran viejos que olían raro, galápagos torpes que bloqueaban el paso en las aceras con sus lentos movimientos.



Desde que ella murió todo es distinto: sus recuerdos llenan las calles. En cada uno de esos mismos ancianos veo algo de ella: en sus cabellos casi blancos, en sus encorvadas espaldas, en los surcos cargados de historias que llenan sus caras.

Antes tenía una sola abuela; ahora tengo una abuela en cada uno de ellos.

7 Experimentos:

ybris dijo...

Viejas hay muchas.
Abuelas muy pocas.
Su recuerdo en mí se desvanece.
No sus huellas.

Un abrazo.

guaita dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
guaita dijo...

Iaies, avies, iaiones, fins hi tot l’ « l’abuela « . En canvi els avis són més avis i no tan iaios o “abuelos”. Te n’adones que els nets creixen però els seus avis no?.

Simplemente Olimpia. dijo...

Leído y sentido.

Por que no mueren del todo las caricias, por muy antiguas que sean.
Ya sabes que siempre "te-me" quedas corto....pero hoy no puedo llamarte "escasito", no hacian falta más palabras.


Olimpia.

Tristancio dijo...

"galápagos torpes...", quiere sonar a despectivo, pero es infinitamente tierno.

(Hace unos días soñé con mi abuela, era el aniversario de su muerte y yo no me había acordado...).

Saludos.-

Anónimo dijo...

Desconozco ese sentimiento abuela-filial por haber carecido de la misma, pero caballero, gracias a usted ahora las dejo colarse en cada fila que gusten hacerlo e incluso desacelero el paso al alcanzar a alguna para que no se sientan sobrepasadas.
Gracias por su enseñanza.
El Click

Mamen dijo...

Este jueves pasado murió mi abuela, la única abuela que me quedaba, y estos últimos cuatro días han sido de una tristeza infinita.

¿Sabes una cosa? Ayer recordé este texto, sabía que lo había leído en algún blog pero era incapaz de localizarlo en mi memoria. Pensé que no podría agradecer a quien lo había escrito el sentimiento de ternura que ayer mismo me invadió al proponerme adoptar a todas las abuelas que se crucen en mi camino. Y sin embargo aquí estoy y te doy las gracias por regalarme a todas ellas con tu texto.

Besos.

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